EDITORIAL: En memoria de Augusto Alvarado
Nada podría comenzar a ser escrito en ENTRECHILENOS si no miráramos un poco tiempo atrás y nos encontráramos con la imagen vívida de nuestro querido compañero Augusto Alvarado, quien partíó de entre nosotros dejándonos una imborrable huella de humanidad, de hermandad solidaria y de compromiso eterno con los ideales que con él compartimos. Recuerdo que me tocó conocerlo allá por el año 1983, cuando mi primera venida a Buenos Aires, y me encontré con un tipo que me hablaba de cosas que a mí, como chileno todavía lleno de prejuicios me costaba entender. Ya en ese tiempo, él hablaba de la urgencia de la unidad latinoamericana, de la necesidad imperiosa de terminar de una buena vez con la mediterraneidad boliviana, tema que recién hoy comienza lentamente a ser digerido por algunos dirigentes políticos en Chile.
Recuerdo sus citas sobre el "Colorado" Ramos, su admiración por él y su profundo sentido de la militancia en el Partido Socialista de Chile, sus historias de cuando estuvo detenido en la isla Dawson siendo áún un adolescente. Recuerdo cuando me presentó a Magrassi, ese extraordinario antropólogo que en aquellos años conducía un programa sobre Latinoamérica, creo que en la vieja Radio Belgrano o Excelsior. Pues en todo eso andaba nuestro Augusto, siempre en la búsqueda de lo que unía por sobre lo que dividía.
Y en el último tiempo, lo vimos sólido trabajando para contribuir al triunfo de nuesta Michelle Bachelet, ahí. Primero en la calle Rivadavia y luego en la calle Carlos Calvo, último lugar del que salío la noche en que partió dejando un vacío enorme en los corazones de quienes le conocimos y compartimos con él. Y como creo que esto no puede ser un epitafio sino un sentido recuerdo de su persona, es que quiero dejar plasmado en este sitio toda la influencia que Augusto dejó para nosotros. Un recuerdo vivo, un recuerdo latente y omnipresente en nuestro accionar político. Una marca imborrable en nuestros corazones en la hora de la victoria de nuestra nueva Presidenta de Chile.
Augusto seguirá caminando entre nosotros a paso silencioso. Como él solía ser. Augusto Alvarado, te damos la bienvenida, querido Camarada.
Rafael Araya
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