Augusto Alvarado, Presente Entre Nosotros
Por ROBERTO TELLO
Querido Augusto:
Estamos en el comienzo de esa idea que compartimos allá por noviembre del 2005, cuando el destino de militantes nos juntó en ese hermoso proyecto de trabajar juntos para la candidatura de Michelle Bachelet, la que ahora es presidenta de Chile.
Recuerdo la noche de tu inesperada partida, y trato de pensar solo en ese día, buscando algún indicio, no sé, alguna señal, que me explique lo inexplicable y recuerdo que una compañera te regalo un trebol de cuatro hojas que ella había encontrado en su jardín, el cual dejaste olvidado en tu gastado cuaderno de anotaciones.Demasiado poco para explicar tu partida.Aunque siga sintiendo ese apretón de manos de aquella noche y mis retinas guarden tu imagen de hombre curtido por años de lucha al servicio de principios tan nobles como la justicia, la igualdad y la solidaridad.
Quedó inconcluso esto de crear un espacio democrático de participación, donde se piense en voz alta, poniendo el acento en aquello que pueda ser trascendente para la colectividad. Recuerdo que intercambiábamos ideas acerca de lo que tendríamos que hacer respecto de esto y llegamos a la conclusión abrumadora de que esta todo por hacerse; que lo fundamental de cualquier empresa es el factor humano, que no alcanza solo con la comunión de ideas si no se logra coherencia y responsabilidad.
Eras bastante pesimista a la hora de evaluar el desempeño de todos los que participamos en iniciativas de organización, señalando los defectos que obstaculizan el accionar y no nos permiten concluir una tarea con éxito. Pero mirando hacia el futuro señalabas que las posibilidades estaban dadas, ya que los chilenos aprendíamos rápido de la experiencia acumulada y siempre nos dábamos una nueva oportunidad.
Y estamos en eso, dándonos una nueva oportunidad, buscando la forma de aplicar lo aprendido y trabajando con la mirada puesta en el futuro, sumándole al esfuerzo esa humildad tan propia de tu persona, que algunos arrogantes mal interpretaban.
Ya sabrás donde quiera que estés, que tenemos una presidenta por primera ves en la historia de nuestro país, rompiendo con todos los preconceptos machistas existentes y los dogmas culturales de orden político, que señalaban que esto era imposible.Todo se puede cuando se quiere, esa es la enseñanza que nos deja este acontecimiento y sostenido en esto, podemos decir que también es posible una sociedad más justa y equitativa.Tu aporte en esta empresa, fue un granito de arena como el de tantos otros. Para los que compartimos esta tarea contigo, tu presencia fue mas que eso, especialmente para mí, que a pesar del poco tiempo compartido, supe apreciar tus capacidades, lo que permitió jerarquizar esta amistad con la cual me honraste.
Me dejaste un maletín virtual con algunas de tus cosas, en el que se encuentra tu admiración por el Colorado Ramos y esa idea compartida con éste, por un nacionalismo latinoamericano, de ponchos y ojotas, cobre y petróleo, poetas y escritores, indios y mestizos. Dejaste también en él, tu herido recuerdo de prisionero político en isla dawson, en manos de los ladrones y asesinos del régimen pinochetista. Y el Guatón Abdala, personaje creado por ti, en un cuento que recrea las andanzas de un contradictorio represor al servicio de la dictadura pinochetista en la decada del 70. Lo comparto con todos los que te conocieron y te quisieron.
Dejaré algunas cosas por desempolvar para más adelante, con la idea de invocarte, cuando la arrogancia y el personalismo se quieran imponer por sobre la sencillez y la solidaridad.
Tu Amigo
Roberto Tello.
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